En los últimos años, la ciencia ha explorado intensamente la conexión entre el intestino y el cerebro—el llamado eje intestino-cerebro. Esta línea de investigación ha generado interés en comprender si condiciones como el trastorno del espectro autista (TEA), el TDAH y los trastornos de la conducta alimentaria, incluida la anorexia nerviosa, podrían relacionarse con alteraciones de la microbiota intestinal. Aunque estos estudios no establecen causalidad, sí señalan patrones interesantes que pueden complementar el abordaje clínico tradicional.
La literatura científica describe diferencias en la composición de la microbiota en algunos grupos de personas con TEA. Por ejemplo, varios estudios clínicos han documentado variaciones en géneros bacterianos como Bacteroides, Clostridium y Prevotella. Estas diferencias se han asociado a síntomas gastrointestinales frecuentes en esta población, como constipación y molestias abdominales. Sin embargo, la evidencia no establece que la microbiota cause el TEA. Lo que sí está verificado es que evaluar la salud digestiva y los síntomas gastrointestinales forma parte del manejo integral, y aquí pruebas como las que ofrece Mibioma pueden ayudar a dar una visión completa a los médicos tratantes.
En cuanto al TDAH, la investigación disponible ha identificado asociaciones entre patrones de microbiota —incluyendo variaciones en Faecalibacterium y Bifidobacterium— y ciertos perfiles conductuales o metabólicos. Nuevamente, los estudios son exploratorios y no demuestran que un desequilibrio bacteriano sea la causa del trastorno. Pero sí sugieren que la microbiota podría participar en la modulación de procesos neuroquímicos relacionados con la atención, por ejemplo, en rutas como la producción de neurotransmisores. Para los pacientes con síntomas gastrointestinales coexistentes, un estudio de su microbiota puede orientar intervenciones nutricionales personalizadas.
En el caso de la anorexia nerviosa, investigaciones revisadas por pares han observado cambios consistentes en la microbiota intestinal durante el estado de desnutrición y la posterior realimentación. Se ha descrito una menor diversidad bacteriana y alteraciones en especies asociadas al metabolismo de ácidos grasos de cadena corta. Estos cambios no se consideran causales, sino probablemente consecuencia del estado metabólico y de la ingesta limitada. Sin embargo, el perfil microbiano sí puede influir en la recuperación nutricional, la inflamación intestinal y el bienestar digestivo del paciente, por lo que complementarlo con un análisis de la microbiota puede ser útil para el equipo clínico.
La ciencia todavía está en proceso de comprender el vínculo entre la microbiota intestinal y condiciones neuroconductuales como el TEA, el TDAH y la anorexia. Lo verificado hasta hoy es que la microbiota puede influir en procesos digestivos, inmunológicos y metabólicos, y que su estudio puede aportar información complementaria para un abordaje más completo. En Cenahce Laboratorios, ofrecemos pruebas de laboratorio clínico y el análisis avanzado Mibioma, que permiten a los médicos obtener un panorama integral de la salud intestinal de cada persona. Consulta con tu especialista sobre la conveniencia de evaluar tu microbiota y descubre cómo un diagnóstico preciso puede ayudarte a tomar mejores decisiones para tu bienestar.